Hace tiempo que llevo pensando hacer una serie de piedras, entonces –aprovechando la nueva confianza en mis habilidades producto de la renovada relación con la técnica y todos los pormenores que mencioné en las pinturas anteriores– me lanzo a resolver un asunto que llevaba un tiempo demorando… y en mi mente la idea funciona bien: el modelo –las piedras– es el problema, sin segundas lecturas es un ejercicio puro de pintura, de color; pero en la práctica, es un verdadero «problema».
Peleé mucho con cómo debiera de ser la pincelada, cómo dar con los volúmenes y hacer que se sienta los quiebres y facetas del objeto junto con su textura, ya que inevitablemente con el tiempo uno entiende mejor cómo resolver sus modelos favoritos, los ves más, los entiendes mejor. Y en este caso, la «piedra» es una forma que se comporta de manera muy distinta, no es familiar, y no es obvia, no existe un punto de atención que soporte el resto de la composición, entiendo que cada piedra va a ser mas «piedra» si se soporta con otras a su lado, pero ésta siendo la primera de la serie queda todavía en suspenso.
PS: Pero ojo, estoy satisfecho con el resultado, eso si, los negros no se ven bien en la imagen, ya que se opacaron al secarse, con el barniz van a mejorar nuevamente.