He tratado, con esta última serie de acuarelas, de dar con sutilezas de texturas e iluminación, y a menudo me es difícil ver los resultados mientras trabajo, y sólo los puedo “entender” una vez que pasa el tiempo y puedo ver con ojos frescos lo que hice, sin pensar en como lo hice.
Me agrada entonces, redescubrir el brillo de una luz de relleno en el lado derecho de la figura, así como la textura arenosa y opaca de la arcilla, como los pequeños toques de pintura negra –ahora deslavados– que aún quedan en la superficie del pie y el brazo…