En este nuevo óleo puedo ver varios logros que se comparten con Peregrina II, que tienen que ver mucho más con la relación con la técnica (el acierto en la paleta de colores, la luminosidad de la misma, y algunos detalles del rostro por ejemplo) más que con el parecido con el modelo. Éstos últimos trabajos los he afrontado con bastante velocidad, sin dibujo previo y pintados “alla prima”, con mucha mezcla directa en la tela misma. Por tanto estas piezas todavía tienen mucho más que ver con aprender a pintar que con trabajos acabados.
En un principio no pensaba que era posible hacer un óleo diario, y ahora incluso creo que puedo hacer piezas de tamaño medio sin que sea un problema el límite de hacerlo en un solo día. Por lo que sólo puedo pensar que van a ir mejorando del mismo modo en que lo hicieron las acuarelas…