Hacer personas que uno conoce es complicado, hay toda un área del cerebro dedicada al reconocimiento de rostros y por lo mismo nuestro ojo está muy entrenado en notar todas las sutilezas de los rasgos y juzgar con muchísima más precisión que cualquier otra cosa. Por eso me pareció una buena estrategia comenzar a hacer primero desconocidos, luego amigos –primero amarradas, o un poco deformados–, y luego ir avanzando. Y los autorretratos, son un tema aparte, ya que inevitablemente añaden a la mezcla una «mirada» sobre si mismo, una forma de presentarse al mundo, que incluso carga de más contenido cada pieza…
Pero con todo esto en cuenta me pareció buena idea dar un paso adelante y probar con –lo que creo que será– una serie de autorretratos, y posteriormente retratos de amigos y conocidos (si nos conocemos, atento! que te voy a pedir posar), ya sin ocultar al modelo, sino enfrentando todas las dificultades que antes mencioné. No puedo decir que esté 100% contento con la acuarela, pero también sé que estoy siendo particularmente exigente, y además puedo añadir que sé que ésta es la única forma que tengo de que vayan mejorando, de lograr ser más sutil, y lograr avanzar en el proyecto en general.