Me costó bastante volver a hacer un dibujo… mientras más tiempo pasa, más son las ideas que comienzan a aparecer: en relación a las expectativas, ideas preconcebidas, luego comienzo a enredarme solo, y finalmente me doy cuenta que la idea de dibujar todos los días precisamente me libera de esa ansiedad y caldo de cabeza, y me da la libertad de solo hacer.
Me pareció que esta imagen podía ser buena, curiosamente no había hecho manos hasta ahora –y esta es la primera de un tríptico–, pero el motivo de las pieles y el cuerpo es siempre interesante e inagotable. Lo particular en esta ocasión estuvo en que una vez que terminé con las manos y agregué el negro, el peso de este último me obligó a volver a retocar todo… pero creo que quedó bien al final.