Esta es la segunda pieza, de lo que imaginé desde un principio como un tríptico.
La diferencia fundamental estuvo en que para esta acuarela comencé con el fondo –con el fin de tener la relación con el negro desde un principio y no tener la necesidad que retocar los colores de la mano–, pero ahora que lo veo terminado me parece que pudo haber tenido algo mas de saturación, y en ese sentido el retoque de la vez anterior contribuyó bastante a la presencia de los rojos.
Finalmente vale la pena mencionar que me agrada la continuidad del color entre ambas acuarelas, ya que todas las veces comienzo desde cero, y trato de no memorizar qué colores utilicé para hacer qué cosa (en general las pieles las hago siempre un poco distinto), el hecho de que en esta segunda ocasión eliminé uno de los colores de la paleta y que no haya afectó en absoluto el resultado final, me alegra.